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Nota

La mirada de los niños sobre la obra de Paul Klee
se toma la estación de metro Ñuñoa

¿En qué contexto surge la idea de la obra azurita y si hay detrás de esto una búsqueda de una poética y un sistema de pintura?

Trabajar la idea de paisaje en pintura ha sido un interés constante para mí, en un principio como un género pictórico que ha sido abordado ampliamente en la historia del arte en Chile, de alguna manera desarticulando sus elementos y re-componiéndolos fragmentadamente, también lo he trabajado incluyendo textos, pasajes de novelas que evocan un paisaje sin representarlo figurativamente, todo ésto siempre dentro de la abstracción y desde la perspectiva del color. Al observar la naturaleza, el paisaje, en las obras más recientes, de alguna manera trato de descubrir lo que hay oculto, como si al trabajar con la apariencia se revelara la esencia de las cosas, esto en parte y llevado al plano de mi trabajo pictórico se traduce en tomar pequeños fragmentos de la naturaleza, descubrir y comprender sus formas y sobre todo sus colores. Un aspecto del color que me interesa y que he trabajado de diversas maneras es que siempre en color hablamos de apariencia, un color se ve de una manera o de otra, es inestable. Tomando esto como punto de partida, he buscado elementos del paisaje como cielo, agua, árboles, para poner en juego esta inestabilidad y la posibilidad de su mímesis. Dentro de este proceso comencé hace un tiempo a buscar piedras que hayan sido usadas para la fabricación de pigmentos, lapislázuli, malaquita, crisocola, oropimente, azurita, rejalgar y otras. Ya que ocurre que en cuanto a su color, la composición química hace que cambien al mojarlas, exponerlas a la luz, al calor o al relacionarse con otros elementos químicos. Esa apariencia cambiante me interesa porque es como si estuvieran vivas, me fascina verlo de esa manera, sus colores son una sorpresa.

 

Azurita entonces es parte de una serie de pinturas que surgen de observar estos cambios y descubrir colores que están latentes, lo que hice fue analizar cromáticamente pequeñas zonas de la piedra, piedra que se desdibuja al llevarla a la tela y toma la forma de un mapa cromático, reproducido lo más precisamente posible con pintura al óleo en forma plana.

 

Esta serie la comencé el año 2017 y fue expuesta en La deriva del gesto y la forma en 2018 en el Parque Cultural de Valparaíso y en una muestra individual en Espacio O, en la que mostré también otras dos obras de esta serie, en las que trabajé de la misma manera, con piedras malaquita y crisocola. Estas tres piedras tienen en común que son residuales del cobre, que su gama cromática es amplia y comprende verdes y azules diversos.

 

Consuelo Lewin 

Febrero de 2022

Francisco Javier Paredes

Para la serie Diálogos

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